El algoritmo más potente del planeta no pudo con esto.
Netflix tenía uno de los sistemas de inteligencia artificial más avanzados del mundo.
Sabía lo que te gustaba. Qué veías dos veces. Qué dejabas a medias.
Tenía millones de datos. Equipos enteros optimizándolo todo. IA de verdad.
Pero había un problema: la gente no sabía qué ver.
Sí, aunque el sistema fuera brillante, muchos se quedaban igual: frente a la pantalla, dando vueltas.
Diez minutos arriba, diez minutos abajo. Pasaban más tiempo buscando que viendo.
Y lo peor: muchos cerraban la app sin haber elegido nada.
El problema no era técnico. Era humano.
“No sé qué ver.”
“No tengo ganas de pensar.”
“Paso de perder tiempo en esto.”
Netflix entendió algo que muchas empresas de IA aún no entienden:
- Cuando tienes demasiadas opciones y cero guía, te bloqueas.
- Cuando estás saturado, no quieres elegir.
- Quieres que alguien lo haga por ti.
¿Y qué hicieron? Algo que parecía absurdo: contrataron personas reales para recomendar contenido.
Sí. Personas.
Humanos haciendo listas. No algoritmos.
Listas pensadas para la vida real.
Para quien llega cansado del trabajo.
Para quien no quiere abrir mil categorías ni analizar sinopsis.
Solo quiere que alguien le diga: “Mira esto. Te va a encantar.”
Y funcionó.
Porque cuando estás bloqueado, no necesitas más opciones.
Necesitas que alguien te diga: “Es por aquí.”
Con la inteligencia artificial pasa exactamente lo mismo.
Y ahí es donde tú y yo nos encontramos.
Lo abres… y te quedas en blanco.
Tienes ChatGPT.
Lo abres.
Y te quedas mirando la caja de texto. Esperando que se obre el milagro.
Pero no pasa nada.
Y entonces, te pasa esto (dime si te suena):
- Escribes un prompt al tuntún.
- La IA responde, pero… no es lo que querías.
- Vuelves a escribir. Corriges. Cambias. Y sigue sin convencerte.
- Abres otra pestaña. Buscas “mejores prompts para productividad”.
- Descargas un carrusel en PDF. Ves un vídeo. Guardas una guía en favoritos.
Y al final…
Cierras ChatGPT con la misma duda que tenías al principio:
¿Lo estoy usando bien o estoy perdiendo el tiempo?
No es culpa tuya.
Tampoco es culpa de la IA.
El problema es que nadie te ha enseñado a aplicarla con claridad.
A bajarla a tierra.
A adaptarla a lo tuyo, sin ensayo-error eterno.
Y eso, cuando trabajas por tu cuenta, se convierte en esto:
- No sabes si lo estás usando bien.
- No sabes si estás perdiendo el tiempo.
- No sabes si hay una forma de hacerlo mejor .
- Y cada intento termina igual: más frustración, menos ganas.
Porque no tienes un sistema. Solo tienes piezas sueltas.
- Un vídeo aquí.
- Un PDF por allí.
- Una lista de comandos que no sabes muy bien cómo aplicar.
Y cuando algo no funciona… nadie te responde.
Nadie te dice: “Es normal. Mira, hazlo así.”
Estás tú, la pantalla… y un cursor parpadeando.
Y poco a poco, lo pospones.
Hasta que te pasa algo peor: te empieza a dar pereza.
Y vuelves al punto de partida.
Ya no abres la herramienta.
Ya no pruebas cosas.
Y sin darte cuenta… has vuelto a hacer todo como antes. Sin IA.
Pero con una nueva frustración: saber que estás desaprovechando algo que podría ayudarte.
Por eso nació Promptea.
Para que dejes de sentirte solo frente a la pantalla.
Para que no pierdas más tiempo adivinando cómo usar la IA.
Para que tengas un sistema claro, adaptado a ti, y con una persona real al otro lado.